La doctrina del Shock, Naomi Klein
“Cuando perdemos nuestra historia, somos más vulnerables”. Naomi Klein
La escritora canadiense presenta su nuevo libro, La doctrina del Shock, para explicar cómo las políticas neoliberales más agresivas aprovechan momentos de crisis como el 11-S, el tsunami en el sudeste asiático y la guerra de Irak.Xosé Ramil / Ekoos.org (02/11/2007)“Cuando perdemos nuestra historia, somos más vulnerables. Con el shock del 11-S, sentí que habíamos perdido la confianza en nuestra historia, en nuestro relato, y sabía que la clase política se iba a aprovechar de ello”. Así comenzaba Naomi Klein, la escritora y periodista canadiense conocida principalmente por su libro No Logo, la presentación de su última obra, La doctrina del Shock, en un acto organizado por la organización Attac en la biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid el pasado lunes, 29 de octubre. En un aforo completo y con asistentes agolpados en la puerta, la reflexión de Naomi Klein se centró en la capacidad que tiene el modelo económico neoliberal más radical de implantarse en los mayores momentos de crisis -como el Tsunami en Sri Lanka, la guerra en Irak o el 11-S- tratando de destruir el mito de que es la democracia donde triunfa este modelo.
“La ironía es que a los desastres naturales siguen los desastres neoliberales” Klein recordó algo que pasó desapercibido en los medios de comunicación tras el tsunami en el Sudeste asiático. Sri Lanka estaba arrasada, con un gran número de víctimas, principalmente pescadores. “Cuatro días después, el Gobierno de ese país aprobó una ley para privatizar el agua y la electricidad. En medio de la destrucción, se atrevió a presentar una ley así”. A ello se añadieron las oportunidades para la especulación que traen estas situaciones. Meses después del tsunami, recorrió Sri Lanka y comprobó que los pescadores continuaban desplazados en el interior del país para “protegerlos”, mientras que en la costa se sucedían las grandes obras para crear nuevos centros turísticos, “algo similar a lo que también sucedió en Nueva Orleans”.
“La información es el arma principal de resistencia contra el shock”, señala en referencia a la ley de la memoria histórica en España“La ironía es que a los desastres naturales siguen los desastres neoliberales”, señalaba Klein para reflejar cómo estas situaciones son propicias para introducir políticas privatizadoras agresivas ante una sociedad que se encuentra en estado de shock y es incapaz de reaccionar. “El shock es la pérdida de nuestra narrativa, de nuestra historia. (...) Para resistir al shock, lo mejor es saber y así ser consciente de lo que nos está pasando”.Como ejemplos positivos, la periodista canadiense mencionó la reacción de la sociedad española ante los atentados del 11-M en Madrid, por mantener una memoria que tenía muy reciente. “Ahora creo estáis viviendo un debate muy difícil”, señaló en referencia a la ley de la memoria histórica que el Congreso de los Diputados aprobará esta semana. Y recordó que “la información es el arma principal de resistencia contra el shock”.Latinoamérica como laboratorio de los ShocksEl mayor ejemplo de resistencia contra el shock lo encontró Klein en Argentina. “El lema de las manifestaciones en este país eran ‘No de nuevo’, ‘No otra vez’, porque existía una memoria colectiva”. Se trataba de la memoria de los shocks que vivieron la mayoría de los países latinoamericanos: la dictadura y la implantación de modelos neoliberales en ese contexto, “promovidos por el economista Milton Friedman”.En La doctrina del Shock, la autora recuerda el papel desempeñado por este Premio Nobel de Economía en la implantación de políticas económicas agresivas en Latinoamérica, aprovechando el shock de las dictaduras sobre la población, principalmente en Chile donde el Friedman asesoró directamente a Pinochet.Esta historia reciente de Latinoamérica fue la que inspiró a Klein a redactar La doctrina del shock. “Había una conexión entre el shock a los cuerpos –la tortura-, y el shock al país –la economía neoliberal-“, señaló.
“Existe una conexión entre el shock a los cuerpos –la tortura-, y el shock a una sociedad –la economía neoliberal-“Klein llegó a Argentina atraída por las respuestas que muchos trabajadores estaban dando a la crisis económica que vivían en 2001, un país que fue capaz de expulsar a cuatro presidentes en dos semanas y de ocupar fábricas para que fuesen gestionadas por los propios trabajadores.“Las organizaciones argentinas de derechos humanos se habían centrado en cerrar los centros de tortura, pero se olvidaban de la última razón de esta tortura: la imposición de un modelo económico. Y eso es lo que ocurre ahora en Irak”. Para Klein, esa memoria colectiva necesaria para afrontar los momentos de shock se recuperó durante la crisis económica. “Y fue esa memoria la que le proporcionó al pueblo argentino la resistencia al shock frente al capitalismo del desastre”.